¡Su bebé era un príncipe heredero!
Tras no encontrar al príncipe azul, la anodina bibliotecaria Hannah Meeks decidió formar una familia por sí sola. ¡Cómo iba imaginar que su milagroso bebé era heredero de la corona de Baaqi!
El jeque Akin Sarraf era el eterno segundón. Al descubrir que su difunto hermano, sin saberlo, había concebido un hijo, el deber de Akin era conducir a Hannah a palacio y hacerla su esposa.
Él nunca se había planteado casarse por amor. Pero el espíritu independiente de Hannah resultó exasperante…. Hasta que se volvió embriagador…
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